En 1989, el diseñador suizo Franco Sbarro presentó una idea revolucionaria: la rueda Orbital. Este concepto de llanta “hubless”, sin buje central, unía la rueda al chasis mediante un basculante que se anclaba al aro exterior. La innovación buscaba reducir el centro de gravedad y eliminar las tensiones de las llantas convencionales, logrando así una rueda mucho más ligera.


Sbarro aplicó esta rueda a varios vehículos, incluyendo el automóvil Sbarro Osmos, pero su diseño se destacó principalmente en motocicletas. De hecho, actualmente, el concepto se encuentra en modelos como la moto eléctrica Verge TS-1 y el scooter U-Jet. Sin embargo, en 1989, la gran pregunta era: ¿Veríamos más motos con rueda Orbital en el futuro?
La rueda Orbital funcionaba como un cojinete gigante, montando el neumático en su aro externo. Un monobrazo de suspensión unía la rueda al vehículo, creando una apariencia visualmente impresionante. Para hacerla realidad, Sbarro contó con la colaboración de SKF, expertos en cojinetes, y fabricó dos prototipos funcionales.

El primero, basado en una Honda VF750, usaba la rueda Orbital solo en la parte delantera, mientras que el segundo, más avanzado, montaba ambas ruedas con el mismo diseño innovador. El espectacular carenado y los frenos perimetrales remataban la propuesta, pero, lamentablemente, el proyecto nunca llegó a la producción en serie.
Hoy, la rueda Orbital sigue siendo un sueño de futuro, que algunos ya están empezando a hacer realidad.